Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://sabrinariyi230418.blog-mall.com/39241483/las-cámaras-captaron-el-cabezazo-de-zidane-desde-todos-los-ángulos